Cuando planificamos un evento externo, como paseos o campamentos, que abarcan tanto miembros como personas que frecuentan la iglesia, los líderes deben tener en mente la manera correcta de orientar a los participantes sobre los cuidados con la seguridad y cómo proceder en situaciones adversas. Esa preocupación debe estar siempre presente en los líderes antes, durante y después de todas las actividades, principalmente las que tienen que ver con niños.
Las actividades acuáticas son sobre las que más se necesitan orientaciones. El ahogamiento es la tercera principal causa de muerte por lesión no intencional en todo el mundo. Cada año, cerca de 236.000 personas mueren ahogadas. Es un alto número de personas que pierden la vida. Otras, quedan seriamente comprometidas debido a situaciones que tienen que ver con el agua y que pueden ser evitadas.
Por eso, vea y envíe al equipo de líderes de su iglesia las siguientes orientaciones sobre cómo prevenir accidentes durante las actividades externas (campamentos, paseos, celebraciones, etc.) que tienen que ver con recreación o actividades en el agua.
Al entrar en cuerpos de agua, como lagunas, ríos o cascadas con su grupo, tenga bastante cuidado. Instruya a los participantes del evento para que nunca se sumerjan de cabeza en esos lugares y que no se alejen del grupo. También es necesario orientar a las familias sobre el ingreso de niños a los ambientes para bañarse. Los niños siempre deben estar acompañados de los padres o de un adulto que sea responsable por ellos.
Si el lugar de campamento o paseo tiene pileta, instruya a los participantes a usar ojotas de goma, evitar andar descalzos o correr. Si el ingreso al agua exige alguna caminata por el campo, pida que todos usen zapatillas de buena adherencia y que estén atentos tanto a las orientaciones de los guías, así como a las placas informativas, en caso de que haya.
Los niños necesitan una constante vigilancia por parte de los adultos. Nunca deje que estén solos cerca de piletas, ríos, cascadas, playas, lagunas o cualquier otro ambiente que tenga que ver con el agua. Recuerde que muchas veces bastan pocos minutos de descuido para que ocurra un accidente.
El mar es un lindo ambiente, pero también requiere algunas precauciones. Incluso cuando los participantes sepan nadar, es importante que eviten sobrepasar el punto donde quiebran las olas y que no se distancien mucho de la arena. Deben estar atentos a los avisos de los salvavidas y las señales visuales y sonoras emitidas por ellos. En caso de que la playa tenga banderas rojas clavadas en la arena, evite entrar al mar.
La exposición al sol también requiere de precauciones. Instruya a los participantes a llevar protector solar, y cuando sea posible, lleve un protector de más para prestarle a los que se lo olvidaron. Es necesario instruir y solicitar que los participantes no pasen demasiado tiempo bajo la incidencia de los rayos ultravioletas (UV). Los sombreros, lentes de sol y accesorios que protejan la piel del rostro también son muy útiles. Es importante tener los mismos cuidados con los niños.
Los líderes necesitan tener una buena comunicación entre sí. Haga reuniones para conversar sobre las medidas que se tomarán para prevenir accidentes en el agua. La buena organización y rapidez en las ocasiones correctas son fundamentales para que algo peor no ocurra.
El campamento ¿tiene señal de teléfono? ¿Es posible llamar un equipo de rescate, como el cuerpo de bomberos, con rapidez? ¿Cuál es el hospital o unidad de primeros auxilios más cercano al evento? Estas y otras preguntas deben ser respondidas previamente por el equipo de líderes. También es necesario dejar preestablecido lo que se hará en caso de que ocurra un accidente. Los líderes deben estar conscientes si el campamento o paseo tiene presencia de algún profesional de salud o si existen personas con capacitación de primeros auxilios.
Con cuidado y prevención, ¡los paseos y confraternizaciones con los amigos de la iglesia se convertirán en días inolvidables y felices!
