Desde 2002, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha llevado a cabo el proyecto Basta de Silencio en ocho países de Sudamérica. El objetivo principal de este proyecto es informar y prevenir a la sociedad contra el abuso y la violencia doméstica.
Originalmente, estuvo centrado en actividades externas como marchas, distribución de folletos y conferencias, pero el proyecto fue evolucionando para abordar también cuestiones internas, reconociendo que las iglesias pueden ser lugares donde se producen abusos y acoso.
A partir de esta perspectiva, la Iglesia Adventista ha implementado varias acciones para prevenir y combatir el acoso y el abuso dentro de sus comunidades.
Prevención y apoyo a las víctimas
Reconociendo que el acoso y el abuso pueden ocurrir incluso en ambientes considerados seguros, la Iglesia Adventista comenzó a adoptar una postura firme y preventiva contra cualquier tipo de violencia. Entre estas acciones se encuentran:
- Llevar a cabo capacitaciones con sus empleados y voluntarios con un enfoque en la prevención de abuso y acoso.
- Realizar un análisis de los primeros años de vida de los líderes elegidos para desempeñar funciones eclesiásticas en la iglesia local.
- Orientar a los líderes en áreas que tratan con niños en congregaciones locales, como los clubes de Aventureros y Conquistadores, que nunca deben estar a solas con los niños, para reducir así oportunidades de abuso.
- Recomendar la instalación de cámaras de seguridad para monitorear las actividades y llevar un registro que pueda ser utilizado en casos de denuncia.
También se refuerza la necesidad de que los padres y tutores establezcan una comunicación abierta con sus hijos sobre temas como los límites y el consentimiento. Es importante que los padres conozcan a los líderes y voluntarios involucrados en las actividades de sus hijos y que estén atentos a cualquier comportamiento sospechoso.
Compromiso con la justicia
En los casos de abuso o acoso identificados dentro de la Iglesia o en actividades relacionadas, se ha establecido un protocolo estricto. Cuando se presente una situación de esta naturaleza, el pastor local debe comunicarlo inmediatamente a la administración de la Misión o Asociación correspondiente. Luego, la administración, junto con el equipo legal, toma todas las medidas necesarias, incluida la notificación a las autoridades policiales de lo sucedido. Además, la Iglesia ofrece apoyo a las víctimas durante todo el proceso. Para el abogado general de la División Sudamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Luigi Braga, “los actos considerados criminales son absolutamente intolerables y serán tratados con las consecuencias legales correspondientes”.
A través de una acción fuerte y estructurada, la Iglesia Adventista del Séptimo Día continúa luchando contra el acoso y el abuso en sus comunidades. La campaña Basta de silencio sigue siendo un pilar clave de esta lucha, ya que promueve la concienciación y fomenta la denuncia.