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ARM SUDAMERICANA

Preparar, responder y recuperar

Si su iglesia o escuela no tienen un comité de respuesta a emergencias o no desarrolló un plan de emergencia, este es el momento de planificar.

La idea de crear un plan puede ser una tarea atemorizante. Usted puede pensar que una rápida investigación en Google le proveerá el mejor plan de emergencia. No obstante, es fundamental tener un plan personalizado bien elaborado para su ministerio y ubicación. El valor está en el proceso.

Su iglesia o escuela debe considerar dos tipos de eventos imprevistos: desastres naturales y otras emergencias que pueden ocurrir de varias maneras y en cualquier momento. Independientemente de donde ocurra una emergencia en la iglesia o escuela todos deben estar preparados para encararla de manera segura y eficaz.

¿Cuáles son los riesgos para su organización?

La mejor manera de preparar una respuesta es tener un equipo de respuesta a emergencias dedicado. El equipo proveerá el liderazgo necesario para la planificación y durante una emergencia. El objetivo de este equipo es trabajar en conjunto para promover la seguridad y minimizar los daños de una emergencia.

Identificación de riesgos

La primera tarea de un equipo de respuesta a emergencias es evaluar su área en cuanto al riesgo de emergencias. Al realizar la identificación de riesgos, es importante examinar las consecuencias y su impacto en la organización.

Desastres naturales:

  • Inundaciones
  • Tornados
  • Incendios forestales
  • Descargas eléctricas
  • Tempestades
  • Calor extremo

Otras emergencias

  • Ataques maliciosos
  • Emergencias médicas
  • Falta de energía
  • Violación cibernética

Esos son solo algunos ejemplos de emergencias potenciales. Su ubicación puede tener riesgos diferentes o adicionales que deben ser considerados.

Preparar

Para cada riesgo identificado, determine la gravedad y quién o qué será afectado si ocurre. Evaluar lo descubierto ayuda a priorizar y determinar los activos en riesgo. Sin embargo, no limite su análisis a la lista de arriba. Trabaje en varias situaciones, incluyendo cosas que usted piensa “nunca podrían suceder aquí”. En el desarrollo de la preparación para emergencias, considere todas las emergencias posibles.

Las personas son el activo más valioso: protéjalas. Las lesiones potenciales deben destacarse y priorizarse para garantizar la recuperación adecuada durante y después de un evento imprevisto.

Activos físicos: las deficiencias en edificios los hacen más susceptibles a daños. Considere un programa de mantenimiento estacional para mantener los edificios en buenas condiciones y en conformidad con el código. Eso limitará los daños potenciales causados por una emergencia.

Responder

Escriba su plan de evacuación y respuesta. El plan debe incluir todos los riesgos identificados, los activos potencialmente afectados y la respuesta. Incluya también un conjunto claro de funciones y responsabilidades.

La capacitación y la práctica son las partes más importantes de la preparación para emergencias. Es fundamental invertir tiempo en el entrenamiento de los responsables de ejecutar el plan. Eso garantiza que su equipo está bien informado, confiado y preparado para enfrentar las amenazas más difíciles en el ministerio. Recuerde que el objetivo principal del plan es la accesibilidad y eficiencia. Los planes claros y eficaces reducen el pánico, aumentan la seguridad y mantienen la continuidad de los negocios.

Dé vida al plan aumentando los ejercicios de práctica en su escuela o iglesia. Incluya el mayor número posible de prestadores de servicios para facilitar esos ejercicios. Ese proceso está en constante evolución, por lo tanto, las revisiones y actualizaciones regulares fortalecen la respuesta. No permita que la falta de capacitación o práctica perjudique su capacidad de proteger sus activos.

Recuperar

La prioridad máxima en esta etapa es la seguridad y el bienestar de otros. Por lo tanto, la restauración de los edificios comienza inmediatamente después de ocuparse de las situaciones que amenazan la vida.

Activos físicos: vuelva a los edificios recién después de considerarlos seguros. Mantener un inventario de equipos y propiedades valiosas es esencial. La cobertura del seguro también es una parte fundamental de su plan de respuesta. Antes que ocurra una emergencia, analice nuevamente y confirme si usted está debidamente asegurado y haga los ajustes necesarios.

La preparación para emergencias nunca termina. Involucra planificación, organización, capacitación, práctica de ejercicios, evaluaciones y medidas concretas para responder a los riesgos que enfrenta su ministerio.

Tenemos el deber cristiano de proteger lo que nos fue confiado. La gestión de riesgos es el esfuerzo intencional para minimizar el efecto de riesgo, que está siempre presente. Por lo tanto, tomar esas medidas nos hace buenos administradores. Elegir ignorar y no tomar las medidas apropiadas es una elección que pude llevar a consecuencias devastadoras.

¿Está dispuesto a correr el riesgo?

Fuente de la noticia:

https://adventistrisk.org/en-US/Safety-Resources/Solutions-NewsLetter/2023/April/Prepare,-Respond,-and-Recover

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